đŸ”„ đŸ”„ đŸ”„ Leer es hot đŸ”„đŸ”„ đŸ”„

đŸ§›đŸœâ€â™‚ïž VAMP es una perla singular dentro del acervo vampĂ­rico. Su novedad no tiene que ver con la sexualidad del protagonista —todos los vampiros son un poco gays— sino con su procedencia: surge en las costas del litoral argentino. Desde ahĂ­, se planta como adversario de otras criaturas del folklore local pero tambiĂ©n como deudor de una cultura melodramĂĄtica y cursi: entre sus referencias, se destacan Valeria Lynch y ThalĂ­a.

El tĂ­tulo mismo hace sonar el tĂ©rmino “camp”. Como sugiere Susan Sontag: “El camp lo ve todo entre comillas. No serĂĄ una lĂĄmpara, sino ‘una lĂĄmpara’; no una mujer, sino ‘una mujer’”. AquĂ­, los personajes son “vampiros” tal como nos los presenta la cultura pop occidental; pero tambiĂ©n son “de acá” y necesitan resaltar esa procedencia para diferenciarse de sus numerosos antecesores.

Por supuesto, estos “vampiros gays”, presas de la frivolidad, en ocasiones solo quieren hablar de sus levantes y olvidar la fragilidad que los funda. Ese patetismo —a veces gracioso, a veces trágico— embarra el gran motivo del protagonista: conocer a alguien con quien compartir ya no la vejez sino la eternidad.

En esta novela, Ferny Kosiak vuelve a demostrar su capacidad para reírse de toda una generación avocada a la imposibilidad de fijar lo efímero —el poder, la suerte, la belleza— para rehuir lo humano.


NicolĂĄs Colfer

Vamp - Ferny Kosiak

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đŸ§›đŸœâ€â™‚ïž VAMP es una perla singular dentro del acervo vampĂ­rico. Su novedad no tiene que ver con la sexualidad del protagonista —todos los vampiros son un poco gays— sino con su procedencia: surge en las costas del litoral argentino. Desde ahĂ­, se planta como adversario de otras criaturas del folklore local pero tambiĂ©n como deudor de una cultura melodramĂĄtica y cursi: entre sus referencias, se destacan Valeria Lynch y ThalĂ­a.

El tĂ­tulo mismo hace sonar el tĂ©rmino “camp”. Como sugiere Susan Sontag: “El camp lo ve todo entre comillas. No serĂĄ una lĂĄmpara, sino ‘una lĂĄmpara’; no una mujer, sino ‘una mujer’”. AquĂ­, los personajes son “vampiros” tal como nos los presenta la cultura pop occidental; pero tambiĂ©n son “de acá” y necesitan resaltar esa procedencia para diferenciarse de sus numerosos antecesores.

Por supuesto, estos “vampiros gays”, presas de la frivolidad, en ocasiones solo quieren hablar de sus levantes y olvidar la fragilidad que los funda. Ese patetismo —a veces gracioso, a veces trágico— embarra el gran motivo del protagonista: conocer a alguien con quien compartir ya no la vejez sino la eternidad.

En esta novela, Ferny Kosiak vuelve a demostrar su capacidad para reírse de toda una generación avocada a la imposibilidad de fijar lo efímero —el poder, la suerte, la belleza— para rehuir lo humano.


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